El 41% de la población mundial vive en países en donde el aborto es ilegal o está severamente restringido. En esta realidad lo que subyace de fondo es la privatización y mercantilización del poder de decidir sobre nuestros cuerpos. Así las cosas, las mujeres estamos solas, muy solas en una prisión de la legalidad burguesa, en la que el Estado y el gobierno se atribuyen la exclusividad de concedernos o no, un derecho que nos pertenece.
Una de las características que tiene la crisis venezolana es la crueldad con la que golpea a las mujeres. A la naturalización de violaciones de nuestros derechos, se le suma la falta de acceso a los anticonceptivos y la ilegalidad en la que se mantiene el aborto. En Venezuela las mujeres estamos condenadas a la maternidad obligada e impuesta, lógica consecuencia del carácter conservador, patriarcal y machista de quienes ostentan el Poder.
En ese sentido, desde la perspectiva del gobierno, el acceso a los métodos anticonceptivos se ha convertido de hecho en un “problema solo de nosotras” que cada mujer debe “resolver como pueda”. En la actualidad en Venezuela las mujeres de la clase trabajadora y populares tienen negado el acceso a comprar pastillas anticonceptivas o cualquier método para evitar los embarazos no deseados, porque simplemente no se consiguen, o son cobrados en dólares. Estamos hablando de las millones de mujeres que trabajan por el valor 3,20 dólares mensuales y una bolsa mensual de comida, en el caso del sector público. En el sector privado la realidad no es distinta, los salarios por encima del mínimo en la mayoría de los casos no llega ni a los 10 dólares mensuales.
Es por eso que se hace urgente y necesario levantar nuestras voces para que en Venezuela las mujeres tengamos acceso gratuito a los anticonceptivos y al aborto legal y seguro en el sistema de salud sin ninguna restricción, acompañado de una educación sexual integral, con perspectiva de género y diversidad. Son tres exigencias que no pueden seguir postergándose en detrimento de las mujeres y sus derechos y que lleva a que en aun, casi en la segunda década del siglo XXI, las mujeres se vean obligadas a ser madres.
La criminalización del aborto es la forma moderna de ejecutar femicidios desde el Poder del Estado y la Iglesia.
El aborto fue ilegalizado con la llegada de la modernidad. La colonización y el surgimiento del capitalismo impusieron la criminalización de la libertad sexual y reproductiva de la mujer. La iglesia fue mentora del femicidio más grande de la historia cuando a través de un decreto papal impuso que “si una mujer se atreve a curar sin haber estudiado, es una bruja y debe morir”. Esta imposición de la iglesia, no solo ocasionó la más grande persecución y matanza de mujeres, sino que se rompió la cadena de conocimientos que se transmitía de generación en generación de la práctica de las parteras en el Mundo.
Hoy, las muertes ocurridas a causa de la criminalización del aborto es la forma de femicidio que se ejerce desde el Poder de la iglesia y del Estado, que en el caso de Venezuela se ejecuta con una arenga socialista y feminista que esconde tras de sí las posiciones anti-derechos en contra de las mujeres pobres.
Es evidente que el sistema nos mantiene presas de la legalidad sobre nuestros propios cuerpos, cometen una especie de inquisición moderna en la que “transgredir” las normas establecidas contra nuestros Derechos, se puede pagar con la maternidad obligada, la cárcel y hasta con la muerte.
Juntas y a la Izquierda en Marea Socialista. Organízate con nosotras
En Venezuela sabemos de las falsas premisas que levanta el gobierno cuando se autoproclama socialista, tomando las decisiones más neoliberales de la región cuando entrega nuestros recursos y nos somete al hambre, o cuando se autodenomina obrerista cuando ha destruido el trabajo como hecho social y mantiene a la las trabajadoras sometidas a condiciones de semi-esclavitud y, sobre todo cuando se regodea en un falso feminismo (acompañado de mujeres profundamente machistas que ostentan el Poder), que nos ha sometido al más asqueroso conservadurismo condenándonos a la maternidad obligada y a la mercantilización del derecho a acceder a los anticonceptivos.
Desde Juntas y a la Izquierda en Marea Socialista llevaremos adelante esta campaña, por eso te invitamos a que te unas a ella para dejar atrás las cadenas que nos mantienen presas en la legalidad sobre nuestros propios cuerpos. En ese sentido, te invitamos al ciclo de conversatorios. Este sábado 17 de agosto a las 2 pm en Caracas estaremos charlando sobre “La condena de la maternidad obligatoria. Por acceso a los anticonceptivos de forma gratuita y la legalización del aborto”
Para contactarnos y unirte a este grito por nuestros Derechos, comunícate por Whatsapp al número 0412-9636155
Zuleika Matamoros
Dirigente de Marea Socialista y de Juntas y a la Izquierda