Me solidarizo con el compañero José Bodas, trabajador petrolero, secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros (FUTPV) y dirigente de la corriente clasista CCURA, sobre quien vienen profiriendo amenazas de despido laboral desde sectores sindicales burocráticos ligados al PSUV y del Gobierno mismo.
No se puede entender este tipo de maniobras de manera aislada o desentendida de lo que es la política represiva y antiobrera de la casta madurista, quienes siendo los perpetradores del brutal ajuste descargado sobre la clase obrera venezolana, solo actúan desde la retaliación y la criminalización contra todo tipo de lucha por los derechos de los trabajadores y sus actores. Así, José Bodas es parte de la ola de protestas que se han levantado desde muchísimos sectores de la vida laboral del país por un salario igual a la canasta básica y en general contra todo el marco de violaciones sistemáticas que venimos padeciendo la población en su conjunto.
Estamos ante un régimen policial que ha mantenido detenido durante ocho años al obrero ferrominero Rodney Álvarez, pagando un crimen que no cometió; que acaba de condenar a casi 6 años de prisión al sindicalista Rubén González, un civil que fue procesado por la vía de la justicia militar; que ha despedido, hostigado y perseguido a trabajadoras y trabajadores que se han plantado firme ante los interminables hechos de corrupción que han derivado en una nueva cúpula mafiosa y millonaria, que no tiene reparos en llevar adelante métodos fascistoides, como se pudo conocer recientemente en el Estado Carabobo, donde el Gobernador Rafael Lacava y funcionarios del SEBIN con lista en mano despedían a trabajadores del “Gas Drácula”
De igual manera Maduro y su gobierno han eliminado de hecho La Ley Orgánica del Trabajo abriendo paso a un nuevo mecanismo emitido desde el Ministerio del Trabajo conocido como memorando 2792, que ha estado regulando la relación patrón-trabajador en unas condiciones absolutamente favorables al patrón Estado y al empresariado privado, facilitando además la prácticamente supresión del salario en Venezuela, el desconocimiento a las organizaciones sindicales que no se supediten a las camarillas en las estructuras de poder, o la negación de las genuinas discusiones de convenciones colectivas.
Es en este marco de adversidades y por la legitima defensa de nuestro derecho a organizarnos y a encaminar las luchas por una vida digna, que nos solidarizamos con el compañero Bodas, aprovechando la ocasión también para potenciar el llamado a que desde Trabajadores en Lucha, articulación obrera en donde nos encontramos con los compañeros de CCURA y el PSL, entre otros; apostemos por el fortalecimiento del espacio como alternativa que sea capaz de convocar a la mayor cantidad de trabajadoras y trabajadores a nivel nacional con clara definición de clase y autonomía de las cúpulas políticas tradicionales y sus brazos sindicales clientelizados, que más allá de sus enfrentamientos particulares, se ponen de acuerdo para que la crisis la sigamos pagando los trabajadores y los sectores populares.
Gustavo Martínez Rubio