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El pueblo venezolano está librando una resistencia brutal contra el gobierno autoritario, militarista y hambreador de Maduro. Durante la “emergencia eléctrica”, que tiene al pueblo pasando duras calamidades para resolver las necesidades más básicas como lo son alimentos, agua, energía, transporte y comunicación, el gobierno ha alentado a los grupos de civiles armados junto a todos los organismos represivos del Estado a que “preserven la paz”, lo que se ha traducido en represiones extraoficiales.

Por otro lado, está el desarrollo del plan intervencionista de Guaidó quien juega a la manipulación con el Art. 187 de la Constitución Nacional que, según él, le da potestad para autorizar una intervención militar extranjera al país. Así es la pretendida “democracia y libertad” de este vocero del imperio en Venezuela.

Por lo anterior, reafirmamos nuestra posición que solo los trabajadores movilizados junto al pueblo oprimido podremos levantar una propuesta que verdaderamente responda a los intereses de quienes hemos soportado sobre nuestros hombros las tácticas de dos caras reaccionarias que favorecen al capitalismo mundial: la burocracia de Maduro y el capital explotador representado por Guaidó.

Para Marea Socialista las acciones que debemos llevar adelante en este momento duro y en el que dos expresiones del Capital arremeten contra la población popular, son muy diferentes a las que quieren hacer otros sectores que también se oponen al gobierno de Maduro y que llevan a confiar en los “buenos oficios” de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Tal es el caso de la Alianza por el Referéndum Consultivo, con quienes hemos realizado algunas acciones en conjunto con el fin de poner en la discusión nacional el tema anti intervencionista, y con la que, a pesar de estar contra el gobierno de Maduro, no compartimos la confianza depositada en este organismo.

Para Marea socialista no tiene cabida una propuesta que no esté con los trabajadores, el pueblo pobre. Confiar en la ONU, involucrada en anteriores intervenciones armadas a países y en la llevada de sus cascos azules a Haití, y hacer las diligencias pertinentes que conlleven a una salida en el marco de la “paz burguesa” es algo que siempre apunta a imprimirle a los trabajadores y a los sectores populares más explotación, más sufrimiento. La pregunta que debemos hacernos es si confiando en “el papel y los buenos oficios” que ha venido cumpliendo Guterres es que los trabajadores y los sectores populares podremos avanzar hacia un verdadero proceso constituyente con un programa de los trabajadores que apunte a resolver nuestros grandes problemas.

Confiar en la ONU, en el Vaticano, en el Grupo de Contacto y los gobiernos proburgueses de la región es total y absolutamente funcional a Guaidó y los intereses de Donald Trump. Desde Marea Socialista creemos que no se puede avalar estas acciones ante estos organismos internacionales porque los trabajadores y los sectores populares quedarían cobijados ante una propuesta proburguesa y tan entreguista como la de los sectores en “disputa”.

Su objetivo es el mismo de la oligarquía venezolana y la Iglesia Católica: mantener sus privilegios e intereses a toda costa, así como evitar que los trabajadores y el pueblo oprimido se movilicen con una propuesta propia hasta el punto de cuestionar las demás instituciones del régimen capitalista.

A la OEA, la ONU, y los distintos organismos y gobiernos que se han ofrecido como mediadores poco les importa los trabajadores y su sufrimiento, el pueblo que hoy está padeciendo horrores y bajo la amenaza de la represión exprés llevada a cabo por organismos de exterminio del Estado como el FAES o como los mal llamados “colectivos” que son grupos de civiles armados que amenazan a la población cuando intenta salir a protestar y a levantar la voz ante un régimen capitalista como el de Maduro.

Reiteramos a los trabajadores y a los sectores populares que no hay que depositar ninguna confianza en estos organismos del capitalismo mundial que intervienen políticamente en Venezuela a través de Guaidó, motorizado desde los Estados Unidos, en conjunto con el Grupo de Lima; como a la vez debemos enfrentar el rumbo de terror y miseria que nos han impuesto Maduro y sus aliados de la burocracia cubana, los chinos, los rusos o los turcos.

En esta situación que castiga a la nación venezolana, hemos venido defendiendo la búsqueda de una solución democrática, basada en la consulta al pueblo soberano, para lo cual acompañamos la propuesta de un Referendo Consultivo que preguntase al pueblo si quiere ir a la relegitimación de todos los poderes mediante elecciones generales. Sin embargo, el agravamiento de la situación hasta niveles catastróficos, lleva a replantearse la reconstrucción y reconfiguración completa del país, y para ello se pone a la orden del día la necesidad de una Asamblea Constituyente verdaderamente popular y no un instrumento del poder constituido burocrático que es la actual ANC. Porque lo que está planteado es la transformación total del Estado y para ello hay que recuperar la fuerza autónoma de la clase trabajadora y los sectores populares, rompiendo con la supeditación a Maduro y a Guaidó, a la burocracia y al capital.

¡Por una Asamblea Constituyente verdadera, libre y soberana!

¡Por un plan económico obrero y popular que le dé salida a la crisis!