Este lunes 25 de febrero, los partidos que conforman el Frente de Izquierda (PTS, Partido Obrero e Izquierda Socialista) junto a nuestro partido el MST y al Nuevo MAS, nos reunimos para acordar la convocatoria a una importante movilización el próximo miércoles a la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, para denunciar toda la política de agresión e injerencia imperialista sobre Venezuela y a su títere Guaidó; haciendo nuestra denuncia y marcha antiimperialista desde una posición independiente y crítica del gobierno de Maduro.
La movilización arrancará concentrando a las 18 horas en Plaza Italia y partirá desde allí a la sede diplomática del imperialismo estadounidense. La convocatoria común, se hizo en base a una declaración conjunta de los partidos del FIT, el MST y el MAS.
A continuación, reproducimos la convocatoria unitaria:
El Frente de Izquierda, el MST y el Nuevo MAS convocamos a movilizar a la embajada yanqui en Buenos Aires, para repudiar la intentona golpista en Venezuela y la autoproclamación como presidente de Juan Guaidó, bendecida por Trump y sus agentes en América Latina -los Bolsonaro, Macri y Piñera-.
Este intervencionismo imperialista busca justificarse en nombre de la “democracia” y los “derechos humanos”. Pero quienes lo comandan son históricos impulsores del golpismo y el avasallamiento a todos los pueblos del mundo, comenzando por el imperialismo yanqui.
Lo mismo puede decirse del ultrarreaccionario Bolsonaro, que reivindica a la dictadura brasileña, o del derechista Macri, que impulsa una escalada represiva en la Argentina y forma parte de una corriente política que ha apoyado a todos los golpes militares en Argentina.
Repudiamos el reconocimiento que el presidente Macri ha hecho del seudopresidente Guaidó así como de su representante en Argentina, y exigimos el retiro de Argentina del grupo de Lima, ariete del imperialismo en la región.
Denunciamos el brutal cerco económico que el imperialismo ha establecido sobre Venezuela, al disponer la intervención de los activos de ese país en los Estados Unidos, así como la amenaza declarada de apelar a una invasión militar, para asegurar los objetivos del golpe.
Al mismo tiempo, señalamos el carácter también golpista e intervencionista de aquellos que pretenden esos mismos objetivos a través de una supuesta “mediación” o “diálogo”, cuyo presupuesto es sostener la extorsión económica y política sobre Venezuela. Es el caso del grupo de Montevideo, fogoneado por la Unión Europa.
En la Argentina, los Massa, Pichetto, Urtubey, nucleados en Alternativa Federal, se han subido a la cruzada golpista contra Venezuela. Por su parte, y mientras Cristina Kirchner se llama a silencio, su bloque legislativo se suma a la política de la falsa “mediación” impuesta por la Unión Europea y el Vaticano.
Nuestro repudio al golpe imperialista no implica ningún apoyo político al régimen bolivariano, que es responsable de haber conducido a una encerrona al pueblo venezolano. El chavismo estableció un régimen de poder personal y estatización de las organizaciones populares, con el Ejército como sostén principal. El chavismo no alteró las relaciones de propiedad y, cuando la crisis mundial precipitó la caída de los precios del petróleo, no vaciló en trasladar a las masas el peso de la crisis, con devaluaciones y tarifazos.
El gobierno venezolano ha llevado el salario a U$S 6 y ha provocado una catástrofe social y millones de refugiados. Gobiernan pactando con las multinacionales (empresas mixtas en petróleo y minería) y a favor de los grandes empresarios nacionales y de la llamada “boliburguesía” militar y civil, y pagan puntualmente la deuda externa. El gobierno de Maduro también eliminó la vigencia de los convenios colectivos de trabajo lo que motivó la oleada de huelgas hacia finales del año pasado.
La oposición proyanqui se monta en el descontento popular, pero, si prevalece, no harán más que someter al pueblo a nuevas privaciones y a una recolonización económica integral.
La alternativa es la movilización obrera y popular contra los planes de ajuste, la expulsión de la burocracia oficialista de los sindicatos para conquistar la independencia de las organizaciones obreras y por un verdadero gobierno de los trabajadores y el pueblo.
A partir de esta comprensión común, llamamos a movilizarnos en Argentina y en todo el continente en oposición a la intentona golpista y a cualquier tipo de injerencia imperialista, y planteamos un programa obrero de emergencia:
No al pago de la fraudulenta deuda externa y repatriación obligada de capitales.
No a las empresas mixtas, petróleo 100 % estatal bajo control de sus trabajadores y técnicos.
Confiscación de los bienes de quienes saquearon al país, para disponer de esos recursos para las necesidades urgentes del pueblo y del país.
Respeto íntegro a los contratos colectivos y un salario igual a la canasta básica indexado según la inflación.
Control de los precios ejercido por los trabajadores y las comunidades, con delegados electos.
Control obrero de la producción y distribución, sin burócratas del gobierno ni militares: reincorporación de todos los despedidos.
Rechazo a los despidos tanto en el sector público como en el privado, ocupación y producción bajo control obrero -sin militares ni el gobierno- de toda empresa que despida o amenace cerrar.
Libertad para los trabajadores presos por luchar y anulación de los juicios a trabajadores, campesinos y todos los enjuiciados por protestar.
Con este planteo, llamamos a movilizarnos a la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires contra esta intentona golpista.
¡Fuera el imperialismo de Venezuela y de América Latina!
Peleamos por una salida política de los trabajadores para Venezuela y por la unidad socialista de América Latina.