El salario de los trabajadores como moneda de intercambio
En el primer trimestre del año el gobierno ha decidido darle fuerza al tema salarial bajo la falsa argumentación de una supuesta recuperación del salario. En marzo del año en curso (2022) decretó un aumento que dicho en porcentajes y cifras vacías da cuenta de una engañosa medida “a favor” de los trabajadores: 1700%. de “aumento al salario mínimo”. Aún sumándole el bono de alimentación sigue estando por debajo de los peores parámetros de miseria en el mundo, al ser inferior a 1 dólar diario.
La política de la Ley Antibloqueo, el avance hacia la implementación de las Zonas Económicas Especiales, tiene para los actores de la negociación un as bajo la manga para usarlo con alto valor de intercambio, y no es otro que el valor del trabajo. Ya el gobierno hizo lo propio para ser administrador de ese negocio: Eliminó el valor del salario mínimo, bonificó escasos y hasta ridículos ingresos, eliminó de facto las prestaciones sociales y ahorros de los trabajadores. En conclusión, administró una política descargando sobre los hombros de la clase obrera toda la crisis. En estos términos la mano de obra barata adquirió valor de intercambio en esta negociación.
Prepararon el terreno para ofrecer empresas en las que la mayoría de los trabajadores fueron objeto de un despido masivo indirecto, desconvocándolos, primeramente por contingencia económica y luego por pandemia, en una condición de salario cero en la calle propiciando las condiciones para las renuncias, sin costarle absolutamente nada, además de precarizar a punta de trabajo gratuito por un largo período a los que quedaron activos en sus puestos de trabajo. Redujo la masa laboral de la administración pública nacional de manera masiva sin costo alguno. El funcionamiento burocrático del Estado se sostiene sobre el trabajo sin salario en las instituciones públicas. ¿Quiénes son los actores de esta negociación? ¿Qué intereses representan? ¿Qué papel juegan las burocracias sindicales? ¿Qué respuestas damos quienes no nos sentimos representados por ninguna de esas variantes políticas ni sindicales?
¿A qué intereses responden las burocracias sindicales?
En los últimos días hemos visto cómo se reanima la “tripartita” (el espacio de negociación entre gobierno, factores patronales económicos o políticos y burocracias sindicales). En este reacomodo político se sientan a conversar con sectores del gobierno el denominado Foro Cívico, en el que participa el mismo sector de la burocracia sindical de siempre. Con puestos vitalicios en las direcciones de gremios, sindicatos y federaciones que hasta hace poco pusieron las luchas que se daban a disposición de la plataforma pro-Guaidó. Fueron parte de la pata sindical que apoyó el paralelismo gubernamental, la entrega de bienes nacionales a gobiernos extranjeros, el golpismo, el intervencionismo y la imposición de sanciones, que le infringió más inestabilidad y sufrimiento a la vida de la clase trabajadora venezolana.
Por otro lado, la burocracia sindical oficialista presenta como un gran avance y aplaude el pírrico aumento salarial. Muestran como un gran avance y muestra de voluntad del gobierno de Maduro un “aumento de 1700%” que no llega ni a cubrir el 8% de la Canasta Alimentaria. Son los mismos que pretenden manipular a los trabajadores llevándolos a reclamar por el anclaje del petro cuando esa diferencia es insignificante si la comparamos con la diferencia existente entre el nuevo ajuste que nos presenta el gobierno de Nicolás Maduro ante el costo de la Canasta Básica, que se encuentra alrededor de los 900$ (referencial para el cálculo del salario mínimo según el Art 91 CRBV). Son los mismos que han sido la correa de transmisión de toda la política de despojo a la clase trabajadora y ahora se presentan como los “salvadores” de quienes hemos soportado la miseria y la precarización.
Atrás no se quedan quienes se presentan como “radicales” en la confrontación con el gobierno de Maduro y que responden a la política de quienes planteaban injerencia militar armada y política de los Estados Unidos. Son los “Amos del Valle” y que hoy representan la ultra derecha venezolana. Sectores encabezados por María Corina, Ledezma y sus aliados.
La dirigencia sindical que responde a los partidos políticos de los patronos, usa los llamados a la lucha salarial y reivindicativa para decirle a los trabajadores que para lograr cualquier cosa hay que tumbar primero al gobierno y llaman a salir de cualquier manera a la calle como si eso fuera ya, rebotando de fracaso en fracaso. Pero no son consecuentes con el llamado a la movilización de la clase obrera, porque ellos dependen de la tónica en la que anden sus patronos políticos, sea el “golpismo” o la negociación con el gobierno.
Para los trabajadores de base ¿cuál es el planteamiento que hacemos desde Marea Socialista?
Ante este panorama político los trabajadores no se sienten representados, no solo por la burocracia sindical que se aglutina en la CSBT, sino también en los restos de la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV) o en 100% Sindical, o en la ITV o UNETE, CODESA, central ASI Vzla. o en Coalición Sindical. Los sindicatos están secuestrados por esta burocracia que responden a partidos políticos patronales, nada legitimados por las bases, sea del gobierno o de la oposición tradicional de Derecha.
Para nosotros es fundamental denunciar en alta voz el nuevo camino de negociación con el gobierno que están ensayando, que es funcional al sostenimiento de un régimen político que actúa en contra de los trabajadores, porque al fin y al cabo el gobierno (de los nuevos ricos y “enchufados”) viene aplicando políticas que le convienen a la clase capitalista. Se disputan el Poder porque su principal interés es administrar y ser arte y parte del despojo. Venezuela es un país en venta en manos de la burocracia sindical, del estamento militar y político que hoy se reacomoda según los intereses patronales.
Lo importante no es quedarse en la denuncia. Creemos que es necesario reunificar las fuerzas de la clase trabajadora. Hemos dado muestras que podemos hacerlo. A pesar de los encarcelamientos a trabajadores, superando direcciones sindicales traidoras, sorteando la precariedad y el desmoronamiento de nuestras familias. Con independencia de las cúpulas gobernantes y sus brazos sindicales hemos venido dando la dura pelea contra la patronal privada y pública.
La lucha en contra de la actuación súper explotadora de la transnacional Masisa -por ejemplo- ha sido una muestra. A pesar de que, por la complacencia del sector judicial y la institucionalidad laboral, sin ser representantes sindicales, se organizan y luchan por el reenganche de los trabajadores, en la reincorporación de los trabajadores discriminados por luchar por sus condiciones de vida y laborales “los no requeridos por contingencia”, pues no es solo que se les adeuda a sus trabajadores una importante cantidad, por incumplimiento de acuerdos contractuales, luchan para exigir respeto, se lucha por sus espacios o herramientas de defensa como son el sindicato y los delegados de prevención, es por eso que mantiene judicializado al vocero de los trabajadores e integrante de Marea Socialista, Jean Mendoza, quien fue encarcelado y logró la libertad condicional luego de una intensa y numerosa campaña de solidaridad obrera nacional e internacional en la que jugó un rol fundamental la Liga Internacional Socialista. Aunque sigue judicializado sin otra razón que la manipulación de la ley contra la instigación al odio que se usa en contra de los trabajadores que luchan por sus Derechos, se sigue en pie de lucha y se ha logrado enfrentar la actuación de la gerencia de esta empresa que se aprovecha de las condiciones imperantes en Venezuela con la anuencia del gobierno.
Si queremos luchar es necesario organizarnos
Hemos coincidido con muchos y muchas en la calle por la exigencia del salario que cubra la Canasta Básica, introdujimos un Recurso de Amparo por el cumplimiento del Art. 91 ante el TSJ desconocido sistemáticamente y declarado “inadmisible” recientemente; también hemos tenido convergencia en la lucha por la libertad de los trabajadores presos, contra el Memorándum 2792, contra la implementación de las Zonas Económicas Especiales, contra la mal llamada Ley Antibloqueo de la ANC, por la defensa y recuperación de todas las conquistas laborales que hay sido destruidas, por los derechos de la mujer trabajadora…
Y una conclusión importante que hemos podido sacar, en medio del más duro ajuste y de las consecuencias de las sanciones económicas de los EE.UU, es que la respuesta no puede ser individual ni parcial. La única forma que tenemos para abrigar la posibilidad de recuperar nuestras conquistas es organizándonos de manera independiente desde la base de las y los trabajadores. Nos negamos a ser el furgón de cola de quienes, adversando al gobierno de Nicolás Maduro, defienden a sectores que implementarían políticas antiobreras parecidas a las que sufrimos hoy.
Es por ello que debemos reconstruirnos desde nuestras propias fuerzas. Veamos a otros y otras que al igual que los trabajadores en Masisa, están dando la lucha solos y solas contra sus patronos, mientras toda la burocracia sindical negocia privilegios y espacios de poder usando como falso argumento la defensa de nuestros derechos.
1º de Mayo: las burocracias sindicales no nos convocan, no nos representan
Ni los sectores que llaman a marchar el 1º de Mayo por la “libertad de Venezuela” Ni los que se sentarán con el gobierno a aplaudirle sus pírricos y engañosos aumentos salariales, ni tampoco aquellos que pretenden sentarse a negociar con el gobierno en una tripartita pueden convocarnos a movilizarnos con ellos. Sería como movilizarse con nuestro verdugo.
El 1º de Mayo debe mostrar independencia, autonomía y ejercicio de verdadera democracia obrera. Es hora de conocernos y re-conocernos y, por lo tanto, convocamos un 1º de Mayo de Asamblea de Trabajadores. Es hora de reclamar y ocupar los espacios sindicales y poner en práctica un nuevo modelo sindical, es hora de llamar a la construcción de un gran partido de la clase trabajadora y diseñar un programa que responda a nuestras necesidades. Un partido de lucha contra quienes nos han puesto a vivir en la miseria.
El partido que necesitamos construir los trabajadores
Los patronos, en el sector público y en el privado, están organizados en superestructuras que les sirven y les dan la fuerza para llevar adelante sus planes económicos y aplicar políticas conforme a sus intereses de clase. Tienen partidos políticos, tienen al gobierno, al Estado, bancos, empresas, las iglesias, los militares, la policía… dando forma a un régimen que se sustenta sobre la base de la opresión a la clase trabajadora y de los sectores populares.
Precisamente somos nosotros los trabajadores y trabajadoras quienes no estamos organizados y, esa desorganización nuestra, explica en gran medida la situación de acorralamiento en que nos encontramos lo cual difícilmente vamos a poder revertir si no hacemos algo juntos por articular y canalizar todas las genuinas demandas que condensan nuestros reclamos.
Es ahí en donde consideramos que se hace impostergable la necesidad de construir, no sólo sindicatos genuínos y democráticos, sino también un partido político a nuestra imagen y semejanza. Porque los sindicatos son para defender a los trabajadores en las fábricas y empresas manejadas por los patronos; pero el partido es para orientar nuestras luchas más globales y para disputarle a los capitalistas, militares y burócratas el control de la maquinaria del Estado que usan contra nosotros para someternos. Por lo tanto, el partido de clase (no los partidos de ellos), es una herramienta estratégica, cuya misión es que nos permita ordenarnos en función de nuestros verdaderos intereses y objetivos como pueblo explotado, con nuestros propios métodos obreros y con una democracia bien reconocible, entre iguales, para poder levantar el programa de lucha que apunte a colocarnos con fuerza en la arena de la disputa del poder y en todos los ámbitos.
Desde Marea Socialista nos ponemos a la orden de esta tarea y venimos dando pasos en esa dirección. Es una discusión que queremos dar con la mayor cantidad de trabajadoras y trabajadores posible, para llevar adelante todo ese proceso, pero a la vez, comprendiendo que todas nuestras urgencias se nos van ensanchando en la medida que las cúpulas (Gobierno y oposición patronal) y sus jefes internacionales avanzan en sus propósitos de continuar saqueándonos.
¡Luchemos unidos por un Salario Mínimo Igual a la Canasta Básica!
Y al mismo tiempo, al calor de la movilización, luchemos…
¡Por la recuperación de sindicatos y federaciones con verdaderos espacios de democracia obrera y de participación!
Sabiendo que además de defender nuestros derechos en los centros de trabajo, tenemos que recuperar al país y transformar la sociedad, controlada por los capitalistas, militares y burócratas de la clase explotadora. Y para eso, también decimos:
¡Por la construcción de un Partido de Trabajadores y Trabajadoras!