Juan Guaidó pretende hacerse del gobierno, a través del intervencionismo imperialista. No ha tenido reservas para apostar por una intervención armada extranjera en Venezuela. Por su parte, Maduro se juramenta como presidente para gobernar 6 años más en medio de la crisis más grave que han sufrido los venezolanos en la historia contemporánea. El gran paquetazo que les ha propinado a los trabajadores es ejecutado por quien se autoproclama como “gobierno obrero y socialista”, nada más alejado de la realidad. Los trabajadores vivimos un paquetazo de manera permanente salarios miserables, hiperinflación desmedida sin visos de que se vaya a detener, despidos ilegales en las instituciones del estado, escasez y encarecimiento brutal de alimentos y medicinas, imposibilidad de acceder al sistema de salud público, depauperación de la vida a causa del deterioro de los servicios públicos como el transporte, el gas doméstico, la electricidad o el agua, eliminación de las convenciones colectivas de las y los trabajadores, a lo que le sigue un largo etcétera de penurias y medidas tomadas por el gobierno que nos hacen la vida cada vez más difícil.
El gobierno de Maduro se ha ganado el rechazo y el repudio de la mayoría de la población. Detuvo al movimiento de masas con represión abierta y a través de grupos civiles armados. En la población más vulnerable actúa a través del clientelismo político y chantajes. Aunque dispersas y no articuladas ha habido lucha protestas de trabajadores y en las comunidades por servicios públicos. La historia actual de Venezuela se escribe con los que luchan por el salario, por el derecho de los trabajadores, por el acceso a los servicios, por el transporte pero son disgregas, sin organismos de clase ni del movimiento popular que puedan fungir de dirección, ni de convocantes.
El descontento no se detiene, pero los trabajadores en Venezuela no cuentan con una central Obrera Autónoma. La CSBT es casi un órgano del gobierno, tan es así que el ministro del trabajo y constituyentistas son parte de la directiva de dicha Central. No solo que son aristocracia obrera, son quienes en nombre de la clase trabajadora funge de brazo ejecutor de las medidas hambreadoras del gobierno de Maduro. Por otro lado, existe la “dirigencia sindical” que después de décadas en sus puestos, hoy se levantan en “defensa de los derechos de los trabajadores” pero que se ponen a la disposición de la opción de ultra derecha encabezada por Voluntad Popular y en la que pululan los partidos de la derecha tradicional, amén que son repetidores de un modelo sindical que los ha colocado a espaldas de los trabajadores. Esto sucede porque al comenzar la resistencia de los trabajadores en 2018 y no encontrar interlocutores sino enemigos de sus luchas en los sindicatos pro-gubernamentales, han quedado bajo la influencia del sindicalismo de la derecha, que sí recoge y expresa sus reivindicaciones y que usa un lenguaje de apariencia clasista y democrática, pero que en realidad cabalga las luchas oportunistamente como lo ha conseguido hacer Guaidó con el sentimiento popular en contra del gobierno.
Es en este contexto que participamos de la creación de la ITV, a pesar de ser una experiencia que puede ser abortada por la actuación de las direcciones sindicales de derecha que en medio de la situación han enfilado su actuación hacia el apoyo irrestricto y acrítico a una opción tan antiobrera como la del “presidente” autoproclamado Juan Guaidó.
La guerra toca nuestra puerta
Como es conocido Trump a través de su jugada con el autoproclamado presidente títere Juan Guaidó suena tambores de guerra en nombre de “la restitución de la democracia y la libertad de los venezolanos”, mientras el atornillado gobierno de Maduro, reta y coloca el tema bélico como si de un juego se tratara “Vengan, aquí encontrarán un pueblo digno que defenderá a esta revolución y al gobierno”. Ninguno de los dos bandos en disputa pondrá los cuerpos de su clase burguesa, tradicional o nueva, en el escenario de guerra. Esta guerra es a dos manos en contra de la clase trabajadora y el pueblo pobre. Aunque en el caso de producirse una intervención extranjera, quedaría envuelta en la condición de una guerra por la independencia nacional frente al invasor imperialista, en la que habría que seguir buscando el espacio de autonomía de la clase trabajadora y los sectores populares, en el marco de la defensa del país, puesto que somos antiimperialistas.
Para los trabajadores y el pueblo es urgente detener un baño de sangre. Por eso, es necesario hacerse sentir por fuera de estas dos opciones reaccionarias, antiobreras, antipopulares, proimperialistas. Por ello estamos participando como MS en la recién creada “Alianza por el Referendum Consultivo”, con la propuesta de promover un referendo consultivo, con un nuevo CNE, para relegitimar los poderes públicos, porque entendemos que debemos dar la disputa para que los trabajadores seamos Poder, porque solo un gobierno de los trabajadores podrá llevar a cabo un programa que responda a nuestros intereses y no a los de los grandes imperios sea el gringo, el ruso, el chino.
Guaidó cabalga el descontento
Un eventual gobierno de Guaidó vendrá a colocar sobre nuestros hombros todo el ajuste, las medidas que le imponga el imperio norteamericano y sus organismos internacionales. Es la coincidencia más grande que tiene con Maduro: un plan de ajuste que lo pague la clase trabajadora en nombre de la recuperación del país. Tanto Guaidó como Maduro son las caras de la entrega de los recursos de nuestro país y el paquetazo a los trabajadores. Ese es el carácter que tiene el Plan País de Guaidó, como programa de gobierno.
Sin embargo el papel de la izquierda, que apoya a un gobierno como el de Maduro que es el que ocasiona que el pueblo cansado de padecer y sufrir vea en Guaidó un salvavidas para salir de las políticas que él representa, sin estar consciente que va directo hacia la otra cara de la moneda, pasando de la burocracia neo burguesa a quedar sujeta directamente en las manos del capital. Partidos como el PCV, PPT, TUPAMAROS, entre otros, apoyan a un gobierno que tiene sobre sus hombros las muertes de miles de venezolanos por falta de medicinas o de atención médica a tiempo, responsable de que millones de niños venezolanos estén subalimentados a causa de la escasez o encarecimiento desmedido de la dieta proteica, es un gobierno responsable de los padecimientos en la vida cotidiana del venezolano sin luz, sin agua, sin agua, sin dinero, sin comida, con sus hijos convertidos en desplazados económicos, de los salarios de hambre, del dolor, de la desesperanza.
Los dos gobiernos, el de Maduro con amplios visos de ilegitimidad y el de Guaidó, ilegitimo también, llevan a los trabajadores a un mismo abismo: La entrega de nuestros recursos al Capital transnacional, sea con el FMI o con los acuerdos con gobiernos como los de China, Rusia o Turquía, el plan de privatizaciones. Pero lo que es aún peor, nos están conduciendo hacia la guerra civil o hacia la intervención armada de los EE.UU, sin descartar por ello que puedan producirse variantes negociadas (con enfrentamientos previos o no) para ir a algún tipo de gobierno intermedio, entre sectores de la burocracia y sectores políticos de la burguesía tradicional.
Referendo Consultivo, con un nuevo CNE, para relegitimar los Poderes Públicos
Junto al afán de consolidar nuestra organización, no debemos abandonar la lucha que hemos decidido dar en estos momentos ante las dos cúpulas reaccionarias que disputan el Poder sin legitimidad alguna, es por ello que estamos por levantar la campaña por un Referendo Consultivo, con un nuevo CNE, para relegitimar los Poderes Públicos. Este Referendo Consultivo, aunque puede ser convocado, según el Art 71 de la CRBV, para nosotros es fundamental que sea activado mediante la recolección del 10 % de firmas de electores, porque es lo que nos permite concientizar, organizar y movilizar. Marea Socialista ha sido cofundadora, junto con la Plataforma en Defensa de la Constitución, de una nueva instancia de frente único de lucha, de la Alianza por el Referendo Consultivo, en la que participa, pero su campo foco de acción también se dirige, de manera central, a los trabajadores, a las comunidades, a los jóvenes, a las mujeres, a los gremios y sindicatos para hacer esta propuesta de masas, para tratar de que sea tomada por el pueblo.
Guaidó o con cualquier otra figura de la derecha clásica. Colocamos consignas de lucha a tono con las necesidades y la conciencia de la clase trabajadora, para que el pueblo dé la pelea por un Plan de Emergencia al Servicio de los Trabajadores y el Pueblo Pobre. Demandamos democracia real con participación y consulta al pueblo, pero en perspectiva luchamos por la conquista del poder por nuestra clase y por los sectores oprimidos.
Sin embargo, en esta coyuntura, junto con el reclamo reivindicativo y democrático, la lucha contra el intervencionismo para a ocupar el primer lugar, donde creemos que hay que concentrar los esfuerzos en todas las iniciativas políticas y movilizadoras que ayuden a frenar la guerra, y en ganar a amplios sectores para que apoyen la alternativa del referendo consultivo.
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