Ante la incertidumbre sobre los posibles acontecimientos que podrían ocurrir el 23 frebrero, Marea Socialista plantea, en primer lugar, su rechazo al intervencionismo imperialista promovido por Juan Guaidó como instrumento deTrump y a la amenaza de una agresión armada contra Venezuela. Nos mantenemos firmemente en la postura de defensa de la soberanía nacional, la autodeterminación de los pueblos y el repudio a toda forma de interferencia imperialista. Ningún presidente autoproclamado puede decidir traer una supuesta “ayuda humanitaria” como camuflaje para la penetración en territorio venezolano o como señuelo de una provocación que podría derivar en una confrontación militar.
Repudiamos toda forma de injerencia imperialista con pretensiones neocoloniales y abogamos por la cooperación internacional solidaria concertada con el Estado venezolano, bajo los términos convenidos internacionalmente para brindar asistencia a los pueblos en situaciones de emergencia, sin manipulaciones de ninguna especie.
Denunciamos la aberración de querer hacer pagar con muertos del pueblo, y con destrucción de la infraestructura del país, las disputas entre los sectores políticos y económicos dominantes. Detrás del enfrentamiento entre Maduro y Guaidó están los apetitos de distintos factores del capitalismo global, principalmente de Estados Unidos, China y Rusia, así como la pelea de la burguesía tradicional venezolana por la retoma del Estado hoy manejado por la burocracia corrupta y neo-burguesa del gobierno de Maduro-Militares-PSUV.
Sin desestimar el riesgo potencial de que pueda servir de disparador de una confrontación o como forma de presión para provocar la fractura de la FANB, el tema de la “ayuda humanitaria” se ha convertido también en una especie de Show mediático con la “guerra de los conciertos” a ambos lados de la frontera, entre artistas partidarios de uno u otro bando, pero el telón de fondo son las presiones militares, económicas, sociales y políticas que buscan la claudicación del gobierno de Nicolás Maduro y el establecimiento de otro gobierno por vías inconstitucionales, sin ser previamente electo por el pueblo. No es descartable que ese telón de fondo sea utilizado para poner en escena pronunciamientos de militares, para propiciar la entrada de mercenarios o para suscitar el choque de manifestantes con los soldados y aprovechar la noticia de la represión al servicio del escándalo mediático internacional, en favor de Guaidó y de la justificación de acciones intervencionistas de mayor envergadura.
Desde Marea Socialista hemos venido diciendo que el pueblo venezolano, la clase trabajadora y los sectores populares, necesitamos recuperar nuestra independencia organizativa en lo social y nuestra independencia política, para zafarnos de las garras de la polarización que nos somete al control de las expresiones políticas de la burocracia y del capital. En esos extremos de la polarización, Maduro representa al gobierno de una casta de nuevos burgueses, funcionarios y militares corruptos que han venido desfalcando al país y le hacen pagar al pueblo las consecuencias de la traición al proceso de la revolución bolivariana. Para aplicar sus planes como nueva burguesía asociaciada a los imperialismos emergentes, sacrifican a la clase trabajadora con medidas antilaborales arrasadoras. Nunca habíamos visto una ofensiva peor contra la clase trabajadora y los sectores populares. Maduro y la burocracia estatal han llevado a cabo acciones sistemáticas de desmantelamiento de las mejores conquistas obtenidas con la revolución bolivariana, en conjunción con los efectos del sabotaje y del saqueo realizado por los sectores capitalistas nacionales y extranjeros, el desfalco y el peso de la deuda externa.
Guaidó, por su parte es la punta de lanza del intervencionismo gringo, es el operador de un golpe de Estado con el Estatuto anticonstitucional de la Asamblea Nacional y se prepara para aplicarnos igualmente un plan antiobrero y antinacional de reciclaje neoliberal, conocido como Plan País. Guaidó es la figura visible de una gran operación de recaptura del Estado por la burguesía tradicional venezolana, y es a la vez la marioneta puesta por el gobierno de Trump para restaurar la dominación semicolonial norteamericana en Venezuela. Quieren acabar con los restos de un proceso popular llevado al fracaso por la traición de la burocracia.
La contrarrevolución ejecutada por la burocracia madurista, con la imposición de políticas regresivas y muy contrarias a los intereses del pueblo, con el hambre y la represión, han generado un descontento descomunal, llegando a niveles de desesperación en amplios sectores; situación que ha podido ser cabalgada por Guaidó y por la clásica oposición de derecha. Guaidó llena, por ahora, el vacío de la inexistencia de una tercera alternativa fuerte, representativa de la autonomía obrera y popular, frente a la polarización entre dos direcciones políticas que hoy son versiones distintas de los sectores explotadores: la burocracia y el capital.
Frente a esto, Marea Socialista insiste en la independencia de clase y decimos: ¡Ni Maduro, ni Guaidó! A Maduro el pueblo no lo quiere y a Guaidó nadie lo eligió. También decimos que no queremos otro presidente que venga de la mano del imperialismo norteamericano a imponer políticas tan dolorosas para nuestro pueblo como las que ha venido instrumentando Maduro.
De ahí que nos centremos en el llamado a hacer todos los esfuerzos posibles por evitar, en primer lugar, la intervención y la guerra, que sería como tomarse un veneno letal para combatir la enfermendad. Creemos que ninguna solución puede venir de la imposición y de componendas entre las cúpulas, y por eso, ante lo que se presenta como la disputa entre dos gobiernos y dos supuestos presidentes sin legitimidad, en violación de la Constitución, planteamos que la única opción democrática es la consulta al pueblo soberano, para lo cual existe la figura del Referendo Consultivo, basado en el Art 5, 70 y 71 de la Constitución (y en correspondencia con el 333), que le daría la palabra y poder de decisión al pueblo, para que diga si está de acuerdo con la relegitimación de todos los poderes mediante elecciones generales, lo cual pasaría por la conformación de un nuevo CNE confiable y plural, con participación social e independiente.
Para esto, somos parte de la creación de la Alianza Por el Referendo Consultivo, que reúne a corrientes políticas y luchadores sociales promotores de un acuerdo para la realización del referendo y con la disposición de ir a una campaña de recolección del 10 % de firmas de electores que dispone la CRBV para la activación de la consulta, y que esto sirva para reagrupar al pueblo para la lucha por sus propios intereses y objetivos.
Por supuesto, que los problemas de la nación y del pueblo venezolano no van a resolverse simplemente con unas elecciones, pero al menos evitaríamos la guerra y restableceríamos el marco constitucional democrático dentro del cual podríamos seguir luchando, construyendo la necesaria fuerza social y política autónoma del pueblo trabajador, impulsando la propuesta de un Plan de Emergencia al servicio de las necesidades del pueblo y de la recuperación nacional.
No descartamos que la profundidad de la crisis nos plantee de nuevo la necesidad de ir a una nueva Constituyente de carácter verdaderamente popular, democrático y soberano, porque habrá que reestructurar y refundar de alguna manera un país que ha sido destruido. Pero lamentablemente, el daño hecho por la “Constituchimba” del PSUV, como la llamamos nosotros, hace difícil que el pueblo pueda considerar en su agenda esta consigna por los momentos. De todos modos, la clave es que la clase trabajadora y los sectores populares tengamos herramientas propias de participación política, porque si no, cualquier elección a la que vayamos va a servir para que se impongan de nuevo los factores de la burocracia y de la burguesía.
Es por ello que nos empeñamos tambien en construir, a partir de Marea Socialista, un partido propio de la clase trabajadora y el pueblo, que luche por una sociedad en la que impere un verdadero poder popular democrático y se gobierne para las grandes mayorías, desmontando la explotación y toda forma de opresión, en lugar de que sigamos sometidos a gobiernos autoritarios, a élites económicas y al capitalismo internacional.
También por esta razón, aunque hemos venido acompañando el surgimiento de la Intersectoriald de Trabajadores de Venezuela como una instancia para la articulación de nuestras luchas, lamentamos que sectores de la dirigencia sindical adopten posiciones que nos llevan a perder una vez más la independencia de clase, al poner la agenda de la ITV al servicio de la estrategia de Guaidó, como una forma de “salir de Maduro”, sin reparar en que se coloca a la clase trabajadora tras el carro de los políticos patronales y proimperialistas que no le pueden ofrecer otra cosa que más explotación e incluso nos ponen al borde de la guerra. Eso es lo que significa ir tras los políticos de los partidos de los patronos, que seguirán usando la administración del Estado en favor de la explotación. Eso es equivalente a lo que sucedió con la CSBT cuando le dió la espalda a los intereses de clase de los trabajadores y se puso al servicio de la burocracia corrupta y el aparato patronal estatal.
Seguiremos haciendo todos los esfuerzos por recomponer e incluso refundar las organizaciones de la clase trabajadora, porque sin nuestra organización y movilización independiente no podremos lograr la fuerza necesaria para impulsar nuestra luchas y nuestro propio proyecto como clase.
¡No a la guerra! ¡No al intervencionismo imperialista en Venezuela! ¡Ni Maduro, ni Guaidó! ¡Que el pueblo soberano decida en referendo consultivo! ¡Elecciones generales para relegitimar todos los poderes! ¡Cooperación internacional solidaria sí, manipulación intervencionista de la “ayuda humanitaria” no! ¡Fin de todas las sanciones y formas de bloqueo que sacrifican al pueblo venezolano! ¡Por un Plan de Emergencia Económica y Social que restituya el valor del salario y recupere la producción al servicio del pueblo! ¡Por la independencia política de la clase trabajadora! ¡Ni burocracia ni capital!
Marea Socialista