6 de marzo de 2019.- Guaidó arribó ayer al país sin ningún inconveniente. Con la firme determinación de avanzar en su plan de hacerse del Poder. Su “rescate del país” muestra que en realidad es salvar al capital transnacional y fortalecer a la burguesía endógena y exógena que responde a los intereses del imperialismo que tiene a los Estados Unidos a la cabeza. Su plan país es la re-privatización de empresas y servicios públicos, la liberación (aún más) de los precios, más deuda externa, despidos del sector público. Tal es el panorama que se nos sigue presentando a los ya golpeados trabajadores y el pueblo oprimido.
Tan perverso para la clase obrera como el “plan de recuperación económica” de Maduro, se nos presenta ahora a manos de Guaidó y la derecha internacional lo que han denominado el “proceso de rescate, recuperación y transformación social”, esta otra cara del capital pretende aumentar una deuda que no la adquirimos quienes somos el motor del Mundo y a los que nos pretenden seguir llevando al patíbulo bajo la promesa de que así alcanzaremos “el bienestar y el progreso de nuestra Venezuela”.
Así, este 4 de marzo fuimos testigo de cómo Guaidó volvió a Venezuela en medio de amenazas injerencistas de Estados Unidos. En la boca llegó con el llamado al cese de la usurpación, la propuesta de un gobierno de transición pero aderezado con la amenaza por parte de los EE UU con una “fuerte respuesta” si Venezuela impedía su regreso.
Las negociaciones entre Guaidó y Maduro son obvias y visibles, porque detrás del disfraz del “valiente presidente autoproclamado” que había salido del país de forma ilegal, está el hecho cierto que el acuerdo va avanzando. Muchas de las masas y los trabajadores en su desesperación por salir de Maduro están apoyando un plan de intervención, aunque de momento no sea directamente militar.
Un llamado a construir y luchar por un programa de los trabajadores
Para nosotros es fundamental que levantemos con todas nuestras fuerzas un programa de los trabajadores, independientes tanto de los intereses del imperialismo yanqui, europeo, chino, ruso y del Vaticano, como del gobierno de Nicolás Maduro y la burocracia que se ha pretendido atornillar en el poder.
Es fundamental que a pesar de estar en medio de la nubosidad que ha significado esta polarización impuesta por las cúpulas, el pueblo trabajador desarrolle la movilización de manera independiente, solo así podríamos imponer un verdadero proceso constituyente revolucionario para discutir cómo es que se recupera la economía del país, pero desde nuestra perspectiva.
Es urgente y necesario que nos planteemos la verdadera transformación del país. La recuperación de la que hablan las cúpulas en disputa, solo se plantean favorecer a sectores de los imperialismos, a la vez que ellos seguirán su acumulación privada de capital a costa de vender el país al mejor postor. Es por ello que debemos abrir un gran debate nacional en la que los trabajadores pensemos qué con el modelo productivo, los recursos naturales, cómo sería el tema de los salarios, como recuperar el sistema de salud, replantearnos el sistema educativo público, entre otros temas que apunten a tener un plan de emergencia que arranque por dejar la pagar la deuda externa, recuperar los miles de millones de dólares que se encuentran en la cuentas personales de quienes desangraron el país y que descansan en paraísos fiscales y en el sistema financiero internacional. Con esos recursos es posible recuperar el salario nacional, como ejercer un control estricto del comercio exterior y de la producción interna para frenar la inflación castigando a empresas que sigan aumentando precios.
El llamado que hace Marea Socialista es a todos aquellos sectores, organizaciones e individualidades clasistas y de la izquierda anticapitalista venezolana, que se vienen oponiendo al intervencionismo extranjero, a Guaidó y también enfrentan diariamente al gobierno de Maduro y la burocracia para conformar una alternativa política anticapitalista y realmente socialista para Venezuela. Esa es la manera de avanzar y conquistar a las nuevas generaciones a organizarse para que logremos que las y los trabajadores sean quienes gobiernen y decidan todo.