Venezuela era propagandizado como “un país potencia eléctrica”, pero desde el 2009 cuando empezaron los planes de racionamiento eléctrico y Chávez decretó el 21 de diciembre la crisis en el sector, no se ha podido recuperar.
En julio de 2009, hace ya 10 años, se anunció el inicio de administración de cargas en el país a excepción de Caracas, medida que fue levantada en junio de 2010, pero que en casos como en el estado Zulia, nunca desapareció.
Luego en el 2013 Maduro lanza la Misión Electricidad que incluyó la militarización de todas las instalaciones del sistema eléctrico, esto como una manera de resguardar todas las subestaciones del país. Y ese mismo año ocurrió el primer apagón nacional del que se tenga referencia y se dio el 3 de septiembre dejando el 70% del territorio nacional sin luz.
Pero, en el 2019 se ha agudizado la crisis eléctrica en el país. Desde el mes de marzo hasta la fecha se han dado cinco apagones nacionales, el primero fue el jueves 7 de marzo cuando a las 4:55pm quedamos sin servicio eléctrico, el transporte fue un caos, no había puntos de venta, ni gasolina, ni centros de salud; el segundo apagón a escala nacional fue el 25 de marzo y solo 4 días después llego el tercer. El cuarto apagón fue el 9 de abril y, mientras en muchas partes del país se sufren racionamientos en bloques de 6 horas, este 22 de julio llegó el quinto apagón nacional que dejó a Venezuela en las sombras y sin comunicación.
La razón, según el gobierno, son ataques electromagnéticos al sistema eléctrico nacional, pero poco se dice de la inversión en materia eléctrica.
Según transparencia Venezuela y Provea, desde el 2010 se han destinado más de 29 mil millones de dólares en diferentes proyectos como la Central Hidroeléctrica Tocoma, que debió estar lista en el 2012 y aún no está operativa, y durante este tiempo también su costo ha cambiado y paso de 2.7 mil millones de dólares a 12 mil millones$. (1)
Muchas han sido las acciones que se han tomado en materia eléctrica, en febrero de 2016 se instaló la Comisión Presidencial del Estado Mayor Eléctrico, para centralizar todas las medidas que llevarían a la recuperación del sistema eléctrico nacional, en esa oportunidad se aplicaron reducciones en los horarios de trabajo y luego plan de racionamiento de 4 horas días en todo el país, excepto Caracas.
Según lo establecido vía La Ley de Endeudamiento en el 2016 se destinaron 981.625.623 de dólares para el fortalecimiento de la capacidad instalada y el mantenimiento del sistema de generación de electricidad de Corpoelec, pero no se ve reflejado en el servicio que reciben los venezolanos.
Las últimas medidas tomadas en el país han sido la reducción del horario laboral hasta las 2:00pm, en situaciones normales, y en casos como este último apagón la suspensión total de las actividades laborales y académicas.
Mientras tanto, el gobierno y la oposición siguen negociando, se habla de próximas elecciones, pero no de soluciones a las calamidades que padecemos los venezolanos, el tema eléctrico, por ejemplo, que ya lleva una década de “inversiones” infructuosas, con situaciones de familias que pierden sus electrodomésticos con las constantes fluctuaciones y un doloroso largo etcétera.
No se le habla claro a los trabajadores, a los jóvenes, a la población en general … No hay explicación ni prontas respuestas al tema ni a ninguno de los problemas que nos afectan.
Tampoco se entregan cuentas de los recursos aprobados para el sistema eléctrico nacional, ni de la cantidad de subestaciones que se han incendiado en estos últimos años cuando se supone que están bajo el resguardo del estado.
Lo que pretendemos develar con todo lo anterior, es que la gravedad del asunto va más allá de una constante retorica oficialista que siempre responde denunciando supuestos ataques orquestados por fuerzas extranjeras enemigas, pero nunca se asume la responsabilidad debida que al menos de señales de una posible solución real y creíble, mientras los venezolanos pagamos con creces las consecuencias en el marco de una situación literalmente inaguantable.
Merecemos como pueblo recuperar el país en materia eléctrica, nuestra soberanía energética y tener calidad de vida. Para tal impronta hará falta comenzar por tener un verdadero diagnóstico de cómo está la situación en todo el sistema eléctrico, cuya tarea solo será posible en la medida que pueda fraguarse una comisión investigadora en el seno de los trabajadores y con el acompañamiento de especialistas con demostrable compromiso independiente de los factores clásicos de la polarización política y que a la vez abra la posibilidad de aglutinar una correlación de fuerza que apunte a encontrar una salida soberana a la crisis en el sector y marque pauta a la problemática toda.
Crisis eléctrica en Venezuela: no es el niño, es la corrupción
(1) https://transparencia.org.ve/project/crisis-electrica-en-venezuela-no-es-el-nino-es-la-corrupcion/
Wirmelis Villalobos