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El presidente de Perú, Martín Vizcarra, anunció este lunes la disolución «constitucional» del Congreso y llamó a elecciones para elegir un Parlamento nuevo.

Horas después, sin embargo, el Congreso lo suspendió de sus funciones presidenciales durante 12 meses por «incapacidad temporal».Y juramentó a la vicepresidenta Mercedes Aráoz como «presidenta en funciones» del país.

Vizcarra, quien debemos recordar, asumió la presidencia ante la renuncia por los actos de corrupción del ahora preso, ex presidente Kuchinsky,  hizo pública su decisión de disolver el Congreso y convocar elecciones legislativas para el próximo 26 de enero, aplicando una norma constitucional que lo habilitaba a ello si la cámara le negaba una cuestión de confianza para realizar cambios en el proceso de selección de candidatos del Tribunal Constitucional (TC).

El gobierno planteó esta cuestión de confianza —la tercera en menos de un año— porque consideraba que el proceso de selección no era transparente y no garantizaba la división de poderes en la nación.

El lunes, sin embargo, el Congreso —dominado por la oposición fujimorista y sus aliados— decidió seguir con la agenda preestablecida de la sesión; es decir, elegir primero a los miembros del TC y analizar después la cuestión de confianza planteada por el Ejecutivo.

Tras el nombramiento de un nuevo magistrado para el TC —uno de los seis que deben ser reemplazados por el fin de su periodo—, Vizcarra anunció la disolución de la cámara y la consecuente convocatoria de elecciones legislativas.

Tras el anuncio, los responsables de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional se reunieron con Vizcarra para mostrar «su pleno respaldo al orden constitucional y al presidente».

Esta crisis es una nueva expresión de un proceso que se llevó ya 3 ex presidentes presos, uno exiliado, otro suicidado, y es la demostración mas acabada de la  decadencia absoluta de las instituciones del regimen que sostiene aún, la constitución Fujimorista que continúa vigente

Vizcarra ha acusado a Fuerza Popular, dirigido por Keiko Fujimori —quien se encuentra en prisión preventiva por acusaciones de lavado de dinero— de tratar de usar las instituciones democráticas para su beneficio personal.

Por estas horas  el centro histórico de Lima y otras ciudades del país fueron escenario de manifestaciones ciudadanas en respaldo al anuncio de Vizcarra, expresando asi el desprestigio y el hartazgo que siente la población ante esta situación. El «que se vayan todos» se escucha con fuerza en la Capital del país y otros centros urbanos de importancia como Arequipa, Piura ó Tacna.

Entendemos que el pueblo peruano no saldrá de la crisis ni de la mano del congreso corrupto, ni tampoco acompañando las medidas del Presidente Vizcarra, un neoliberal clásico, que solo utiliza el justo rechazo al parlamento, para posicionarse de mejor manera ante un hipotetico llamado a elecciones.

Los socialistas sabemos que solo se  podrá avanzar en la resolución de la crisis si el pueblo toma en sus manos las tareas inmediatas, no hay salida para el Perú sin la convocatoria a una Asamblea Constituyente que permita al pueblo discutir todo, como y con quienes sentar las bases para que de una vez y para siempre gobiernen los que nunca gobernaron, los trabajadores y los campesinos junto a la totalidad de los sectores populares.

Perú, una vez mas, demuestra que las instituciones burgueses no sirven mas que para defender los intereses de la clase gobernante, la organización y la movilización son el mejor antídoto para no caer en la trampa que Vizcarra ó los parlamentarios pretenden tender al heroico pueblo peruano.

Alberto Giovanelli