El pasado jueves 18 de julio me acerqué a la Plaza Caracas en el centro de la capital para acompañar la actividad de protesta ante el Ministerio del Trabajo convocada por el Frente Nacional de Lucha de La Clase Trabajadora (FNLCT), espacio de articulación obrera cuya dirección lleva fundamentalmente el Partido Comunista de Venezuela (PCV). El eje de dicha actividad fue el rechazo a los lineamientos emitidos por el Ministerio del Trabajo en octubre de 2018, conocido como memorando 2792, que ha significado en lo concreto para los trabajadores el arrase de derechos alcanzados en décadas de luchas, con saldos trágicos como la eliminación real del salario en Venezuela y toda una instrumentación de condiciones muy favorable a los patronos (público y privado) pasando por encima incluso de la Constitución de la República y de la misma Ley Orgánica del Trabajo.
La actividad tuvo forma de piquete, con participación de trabajadores de empresas privadas como la Coca-Cola, Pepsi… o públicas como la Fábrica Nacional de Cementos, entre otras; que gritaron consignas contra la política antiobrera del gobierno nacional, y el grueso de las intervenciones, megáfono en mano, giraban en torno a la necesidad de que los sectores laborales en lucha avanzasen hacia una urgente articulación para poder responder juntos contra la burocracia roja y contra los empresarios privados, que se valen por igual de los mencionados lineamientos para amedrentar, criminalizar y despedir trabajadores.
Es una posición correcta la que manifestaron los trabajadores presentes ese día y que desde Marea Socialista compartimos plenamente. Por eso estamos activando de forma parecida en un espacio de clase, amplio, que es “Trabajadores en Lucha”, que tiene ante sí el gran reto de dialogar, proponer y avanzar en el marco de los grandes problemas que estamos viviendo los trabajadores venezolanos, para alcanzar saldos organizativos, que es lo que nos puede permitir la mayor cohesión posible para golpear entre todos en un momento histórico de auténtica debacle para nuestros intereses.
Pero una cosa pueden estar pensando los trabajadores que se agrupan en el FNLCT y otra muy distinta el PCV como dirección política, que al día siguiente de la protesta ante el Ministerio del Trabajo, aparece firmando el “Manifiesto de Caracas por la paz, la soberanía y la prosperidad de nuestra América” un documento que será presentado durante la realización del Foro de Sao Paulo, respaldando al Gobierno de Nicolás Maduro. Una clara inconsecuencia que representa un grave problema político del que no tendría que hacerse parte ningún trabajador que genuinamente esté luchando contra un gobierno claramente antiobrero, antipopular, corrupto, criminal y que ha avanzado firmemente por entregarnos en bandeja al capital financiero internacional toda vez que ha cumplido a cabalidad su tarea de convertirnos en mano de obra barata y semiesclava.
Los trabajadores tenemos que desarrollar la lucha hasta el fondo si queremos derrotar el régimen laboral de hambre que ha diseñado la burocracia madurista y que tanta satisfacción causa al capital privado y sus partidos políticos. Las medias tintas en ese sentido son una traba brutal más para seguir en nuestros objetivos de clase, porque estamos ante un gobierno que “pregona paz” en la medida que se sienta a discutir agendas secretas con la otra cúpula de la polarización, y para la gran mayoría de la población depauperada apunta con miseria, autoritarismo, FAES y todo un entramado policial con el fin de consolidar definitivamente la política del miedo y la derrota a nivel de base social.
El coraje mostrado por los trabajadores del FNLCT y su posición de rechazo a la casta corrupta que dirige al gobierno militarista-policiaco de Maduro no coincide en nada con la política del PCV, que termina siendo un amarre tan funcional como el papel que hace la llamada Central Bolivariana Socialista de Trabajadores (CBST), comportándose como una institución más del Estado y trabajando para sembrar dudas y confusión, vitoreando un anticapitalismo y un antiimperialismo hueco, alimentando la desmovilización y la pérdida de confianza de los trabajadores en si mismo.
Desde Marea Socialista seguiremos insistiendo con propósitos que llevan a articular y desarrollar las luchas de nosotros los trabajadores con autonomía absoluta. Por eso iremos hasta el final con la táctica en torno al amparo que introdujimos en el TSJ porque se cumpla con el Art. 91 de la constitución, continuamos con los talleres desglosando el memorando 2792 y que ponemos al servicio de todos los compañeros como una herramienta más para irnos armando mejor y saber ante que estamos parados; seguiremos aportando nuestro esfuerzo para que “Trabajadores en Lucha” crezca como un espacio de lucha por el salario y los derechos de los trabajadores en general y sobre todo que no cesaremos en el empeño estratégico de seguir construyendo nuestra propia organización como herramienta política y ponerla al servicio de los más necesitados y sus grandes problemas.
Gustavo Martínez Rubio