Spread the love

La presidenta de la cámara de diputados de EE. UU., Nancy Pelosi (Demócrata), confirmó el martes 24 de septiembre el inicio de las investigaciones para un proceso de impeachment – juicio político – contra el presidente Trump. Se lo acusa de haber presionado al presidente de Ucrania para que investigue a Joe Biden, candidato presidencial demócrata, y su hijo, por hechos de corrupción y encubrimiento ocurridos en ese país. Entienden que esto constituye un intento de incidir sobre el proceso electoral en EE.UU. en coordinación con un gobierno extranjero. Este desarrollo se produjo luego de que se hiciera pública una denuncia de un oficial de inteligencia sobre el contenido de una conversación telefónica entre los presidentes de Estados Unidos y Ucrania, denunciando además intentos de funcionarios de la Casa Blanca por encubrir dicha llamada.

El Partido Demócrata cuenta con la mayoría necesaria en la Cámara de Representantes como para aprobar el juicio político. La decisión final luego pasaría al Senado tras el desarrollo del propio juicio. Allí se necesitaría una mayoría de 2/3 para aprobar la destitución de Trump. Esto implica que la instancia final recae sobre una cámara controlada por el Partido Republicano.

El trasfondo

Las elecciones presidenciales de 2020 aparecen como trasfondo de esta situación. El liderazgo del Partido Demócrata había rechazado con anterioridad varios pedidos de iniciar investigaciones que condujeran a un juicio político contra Trump. Estos pedidos habían venido de diputados del ala “progresista” del partido, como Alexandria Ocasio – Cortez. Sin embargo, la dirigencia demócrata temía que avanzar en este camino podía debilitar su estrategia electoral de presentarse como la opción moderada del establishment frente a los excesos de Trump. Simultáneamente, buscaba evitar que un proceso de este tipo pudiera desestabilizar el régimen político y la economía de EE. UU. El reciente giro se explica por el hecho de que el candidato presidencial del establishment demócrata, Joe Biden, se encuentra en el centro de tormenta. Simultáneamente, buscan dar la imagen de ser consecuentes en el enfrentamiento a Trump.

Por su parte, el Partido Republicano también muestra conflictos internos. Si bien cuenta con mayoría en la Cámara de Senadores como para evitar la destitución de Trump, han aparecido voces disidentes en sus filas que se expresan a favor de avanzar con el juicio político. Trump, por su parte, ha salido a la ofensiva revelando públicamente las conversaciones sostenidas con su par ucraniano y llamando incluso a arrestar por traición al diputado demócrata que preside el Comité de Inteligencia de dicha cámara. La mayoría republicana en el senado se debate entre acompañar la contra ofensiva de Trump, que parece determinado a apostar por la polarización, o cambiar de rumbo en vísperas a un año electoral.

Perspectivas

Los acontecimientos de las últimas semanas en EEUU son sintomáticos del estado del régimen político del principal país imperialista del mundo. La polarización política ha sido un elemento fundamental del escenario político durante toda la presidencia de Trump. Cientos de miles se han manifestado en las calles contra un presidente racista y misógino, que niega el cambio climático y gobierna para el 1% más rico.

El partido Demócrata intenta aprovechar este descontento y también canalizarlo por la vía institucional mediante el impeachment, para fortalecer sus perspectivas electorales para el 2020. Por eso limitan sus argumentos contra Trump y a favor del juicio político a un terreno seguro para el establishment como lo es la defensa de la seguridad nacional y de las instituciones del régimen.

La lucha contra Trump no puede limitarse a los estrechos márgenes establecidos por el partido Demócrata. Fue precisamente este partido el que creo las condiciones para el triunfo de Trump en 2016. Por eso es fundamental que se desarrolle la lucha contra Trump, el conjunto del régimen y el sistema en las calles, y en la construcción de una alternativa frente a los dos partidos de las grandes corporaciones.

Luis Meiners